1. La enorme respuesta que generó entre los estudiantes, según se ve en este sitio.
2. Que la actividad fue organizada por el Decano de Ingeniería. Imagínense que si el decano del otrora baluarte defensor de las llamadas "ciencias duras" se vuelve aleluya y se dedica al proselitismo religioso, los estudiantes de ingeniería van a terminar cantando alabados en vez de resolver ecuaciones diferenciales.
Lo cierto es que, comentando el asunto con los amigotes, me llegó de rebote a través del Chino Zamboni, que es quien me mantiene en comunicación con "los muchachos" en Guate, la reacción de Edwin Bracamonte, profesor de ingeniería de la USAC:
To: danilo zamboni <portikos.dz@gmail.com>
Chino, hace algunos años comente con don Lorenzo (el Guti) que lo mas grave del conflicto armado fue el arrasamiento intelectual en que nos dejo, y con el tiempo ha permitido que en instituciones como nuestra tricentenaria no se tenga la claridad de cual es el papel que debe jugar como rectora de la eduación superior, por si no lo recordas dentro de la ley orgánica de la USAC reza que es fin de la Universidad "elevar el nivel espirtual de las persona a través de la promocion de la ciencia la cultura y las artes" . el norte esta perdido... pero como dijo el gordo, estar en minoria no es lo mismo que estar equivocados,... quizas nos estamos convirtiendo en una especie en extinción.Un abrazo
Y me dio por contestar y estaba tan inspirado que terminé escribiendo un larguísimo mensaje que les transcribo a continuación (con pequeños agregados):
Cuando doy cursos como "Ciencias de la Tierra" en los que necesariamente tenemos que hablar del origen del planeta, del origen y evolución de la vida, siempre surgen comentarios sobre el "diseño inteligente" y la batalla que están dando los religiosos en Estados Unidos para que esta pseudo-ciencia creacionista sea introducida como parte de los programas en la enseñanza de las ciencias naturales. Mis respuestas no son agresivas ni peyorativas, pero sí categóricas: respeto las creencias de cada uno, pero estamos en un curso de CIENCIAS, y lo que aquí corresponde es exponer la versión científica de los hechos, sea buena o mala. Les comento que yo nunca le he pedido al padre Matus, el párroco de mi colonia, que se ponga a enseñar ciencias enmedio de su sermón, ni voy a misa a discutir si la Biblia es falsa o no, porque la iglesia y la misa son los espacios para la RELIGIÓN. El asunto es no mezclar. No rechazamos a los religiosos ni negamos la necesidad de una vida espiritual que va más allá de lo que la ciencia, el arte y la cultura pueden proporcionar, pero insistimos: cada cosa en su lugar.
La cultura occidental ha sido dominada en los últimos siglos por la ciencia y la tecnología, que fueron capaces de dar respuesta a los problemas prácticos que la sociedad que estaba entrando en la era industrial requería: formas eficientes de utilizar la energía y transformar la materia para satisfacer las necesidades de alimento, vestido, etc. de una población creciente. La ciencia y la tecnología fueron capaces de curar enfermedades, hacer la vida más cómoda, y hasta de ganar las guerras. Y la ciencia y la tecnología se volvieron importantes y hasta la fecha hay quien piensa que la solución de todos los problemas, incluyendo la crisis ecológica y la epidemia de estrés, radican en el desarrollo tecnológico. Mi gremio, los físicos, adquirieron fama, prestigio y poder porque fueron capaces de realizar cosas inimaginables hace apenas un siglo: los rayos láser, la bomba atómica, los circuitos electrónicos, la internet, los viajes espaciales, la telefonía celular, etc.
Hoy sabemos que el desarrollo científico y tecnológico no basta. No puede generar mejores seres humanos si no va acompañado de desarrollos espiritual, moral, psicológico, social.... Pero la ciencia sigue siendo prestigiosa y sigue siendo una esperanza. Se ha abierto su espacio dentro de la sociedad, y parte de ese espacio es la creación de instituciones especializadas, pagadas por todos y dedicadas exclusivamente a hacer ciencia, y de espacios también exclusivos en el sistema educativo formal, donde todos los estudiantes son obligados a (o más bien, tienen el privilegio de) tomar cursos de ciencias naturales. Por eso es que los religiosos gringos quieren que su discurso se incluya dentro de los cursos de ciencias, invadiendo el espacio que los científicos se han ganado a pulso y que tiene la audiencia garantizada, en lugar de pelear por abrir su propio espacio, el espacio que más bien la religión ha venido perdiendo desde que se crearon los estados laicos. Hace un par de años, durante una de las ediciones de converciencia, presenté una charla intitulada "Del Big-bang al ADN: la Historia de un Universo Habitable" en la U. Landívar, y surgió de entre el público un ingeniero ya madurito, que se ha dedicado a la religión, comentando que la plática estaba bien pero le faltaba la versión creacionista sobre el origen de la vida y, en particular, no se veía por ningún lado "el soplo divino" que, se supone, hace que los humanos estemos en una categoría aparte y no formemos parte del reino animal. Y mis respuesta tenía el mismo espíritu de la famosa frase de Benito Juárez ("El respeto al derecho ajeno es la paz"): le dije simplemente que estábamos en una universidad religiosa, que porqué no incluían dentro de sus planes de estudio cursos de religión para presentar allí su versión. Y la sala enmudeció.
El pleito no sólo es con la religión. El asunto que la palabra "ciencia" se ha vuelto prestigiosa y ahora todo mundo quiere que cualquier cosa que hace se llame "ciencia", pero sin someter sus afirmaciones al riguroso proceso que deben enfrentar las hipótesis en el mundo de las llamadas ciencias duras para poder alcanzar la categoría de "verdad científica". La falta de rigor por parte de algunos científicos dio origen al "affaire Sokal", y a la crítica de las imposturas intelectuales. La palabra "ciencia", como la cara del Che Guevara, se ha vuelto moda, y todos quieren presumir con ella y llevarla impresa en la playera aunque no sepan de qué se trata. Hasta los astrólogos, adivinadores y pitonisos fabricantes de horóscopos dicen ahora que sus procedimientos son "científicos" para ganar la confianza de la gente. Nada más convincente para anunciar pastas de dientes, detergentes y similares, que un fulano o fulana con bata blanca y anteojos que pone cara de haberse leído un libro alguna vez en su vida y afirma que "se ha demostrado científicamente que..." para que la gente se lo crea. Y hasta se ha desarrollado una "fe en la ciencia", que es lo más ridículo que puede haber, porque la ciencia no se basa en la fe, sino en la razón. La fe y la razón se complementan para que los humanos seamos más humanos, pero no se justifican una a la otra.
La USAC, la UNAH, y otras "U's" han sido creadas, como lo dijo Braca, para desarrollar las facetas espirituales que tienen que ver con las cosas hechas por el hombre: la ciencia, el arte, la cultura. Es una equivocación usarlas para otra cosa, habiendo tanto espacio en el resto del país. Si alegamos que las personas "tienen derecho" a esto o lo otro para distorsionar la misión académica de las universidades, pronto tendríamos que poner dentro de ellas mercados, burdeles y cantinas, alegando que la gente "tiene derecho" a ciertos servicios que, a fin de cuentas, son legales. Cristo sacó a los mercaderes del templo no porque se opusiera al comercio como tal (recuerden que era judío...), sino porque habían invadido un espacio que no les correspondía. Látigo con ellos, y a escupir a la calle. ¡Más claro no canta un gallo!
Cuando doy cursos como "Ciencias de la Tierra" en los que necesariamente tenemos que hablar del origen del planeta, del origen y evolución de la vida, siempre surgen comentarios sobre el "diseño inteligente" y la batalla que están dando los religiosos en Estados Unidos para que esta pseudo-ciencia creacionista sea introducida como parte de los programas en la enseñanza de las ciencias naturales. Mis respuestas no son agresivas ni peyorativas, pero sí categóricas: respeto las creencias de cada uno, pero estamos en un curso de CIENCIAS, y lo que aquí corresponde es exponer la versión científica de los hechos, sea buena o mala. Les comento que yo nunca le he pedido al padre Matus, el párroco de mi colonia, que se ponga a enseñar ciencias enmedio de su sermón, ni voy a misa a discutir si la Biblia es falsa o no, porque la iglesia y la misa son los espacios para la RELIGIÓN. El asunto es no mezclar. No rechazamos a los religiosos ni negamos la necesidad de una vida espiritual que va más allá de lo que la ciencia, el arte y la cultura pueden proporcionar, pero insistimos: cada cosa en su lugar.
La cultura occidental ha sido dominada en los últimos siglos por la ciencia y la tecnología, que fueron capaces de dar respuesta a los problemas prácticos que la sociedad que estaba entrando en la era industrial requería: formas eficientes de utilizar la energía y transformar la materia para satisfacer las necesidades de alimento, vestido, etc. de una población creciente. La ciencia y la tecnología fueron capaces de curar enfermedades, hacer la vida más cómoda, y hasta de ganar las guerras. Y la ciencia y la tecnología se volvieron importantes y hasta la fecha hay quien piensa que la solución de todos los problemas, incluyendo la crisis ecológica y la epidemia de estrés, radican en el desarrollo tecnológico. Mi gremio, los físicos, adquirieron fama, prestigio y poder porque fueron capaces de realizar cosas inimaginables hace apenas un siglo: los rayos láser, la bomba atómica, los circuitos electrónicos, la internet, los viajes espaciales, la telefonía celular, etc.
Hoy sabemos que el desarrollo científico y tecnológico no basta. No puede generar mejores seres humanos si no va acompañado de desarrollos espiritual, moral, psicológico, social.... Pero la ciencia sigue siendo prestigiosa y sigue siendo una esperanza. Se ha abierto su espacio dentro de la sociedad, y parte de ese espacio es la creación de instituciones especializadas, pagadas por todos y dedicadas exclusivamente a hacer ciencia, y de espacios también exclusivos en el sistema educativo formal, donde todos los estudiantes son obligados a (o más bien, tienen el privilegio de) tomar cursos de ciencias naturales. Por eso es que los religiosos gringos quieren que su discurso se incluya dentro de los cursos de ciencias, invadiendo el espacio que los científicos se han ganado a pulso y que tiene la audiencia garantizada, en lugar de pelear por abrir su propio espacio, el espacio que más bien la religión ha venido perdiendo desde que se crearon los estados laicos. Hace un par de años, durante una de las ediciones de converciencia, presenté una charla intitulada "Del Big-bang al ADN: la Historia de un Universo Habitable" en la U. Landívar, y surgió de entre el público un ingeniero ya madurito, que se ha dedicado a la religión, comentando que la plática estaba bien pero le faltaba la versión creacionista sobre el origen de la vida y, en particular, no se veía por ningún lado "el soplo divino" que, se supone, hace que los humanos estemos en una categoría aparte y no formemos parte del reino animal. Y mis respuesta tenía el mismo espíritu de la famosa frase de Benito Juárez ("El respeto al derecho ajeno es la paz"): le dije simplemente que estábamos en una universidad religiosa, que porqué no incluían dentro de sus planes de estudio cursos de religión para presentar allí su versión. Y la sala enmudeció.
El pleito no sólo es con la religión. El asunto que la palabra "ciencia" se ha vuelto prestigiosa y ahora todo mundo quiere que cualquier cosa que hace se llame "ciencia", pero sin someter sus afirmaciones al riguroso proceso que deben enfrentar las hipótesis en el mundo de las llamadas ciencias duras para poder alcanzar la categoría de "verdad científica". La falta de rigor por parte de algunos científicos dio origen al "affaire Sokal", y a la crítica de las imposturas intelectuales. La palabra "ciencia", como la cara del Che Guevara, se ha vuelto moda, y todos quieren presumir con ella y llevarla impresa en la playera aunque no sepan de qué se trata. Hasta los astrólogos, adivinadores y pitonisos fabricantes de horóscopos dicen ahora que sus procedimientos son "científicos" para ganar la confianza de la gente. Nada más convincente para anunciar pastas de dientes, detergentes y similares, que un fulano o fulana con bata blanca y anteojos que pone cara de haberse leído un libro alguna vez en su vida y afirma que "se ha demostrado científicamente que..." para que la gente se lo crea. Y hasta se ha desarrollado una "fe en la ciencia", que es lo más ridículo que puede haber, porque la ciencia no se basa en la fe, sino en la razón. La fe y la razón se complementan para que los humanos seamos más humanos, pero no se justifican una a la otra.
La USAC, la UNAH, y otras "U's" han sido creadas, como lo dijo Braca, para desarrollar las facetas espirituales que tienen que ver con las cosas hechas por el hombre: la ciencia, el arte, la cultura. Es una equivocación usarlas para otra cosa, habiendo tanto espacio en el resto del país. Si alegamos que las personas "tienen derecho" a esto o lo otro para distorsionar la misión académica de las universidades, pronto tendríamos que poner dentro de ellas mercados, burdeles y cantinas, alegando que la gente "tiene derecho" a ciertos servicios que, a fin de cuentas, son legales. Cristo sacó a los mercaderes del templo no porque se opusiera al comercio como tal (recuerden que era judío...), sino porque habían invadido un espacio que no les correspondía. Látigo con ellos, y a escupir a la calle. ¡Más claro no canta un gallo!
3 comentarios:
De acuerdo con tu criterio, refiriéndome al último párrafo, la ahora corrupta AEU da derechos a ciertos negocios para que puedan estar casi que en la entrada de la USAC y claro, ellos perciben una buena tajada como socios, al decir ellos me refiero a los pseudo dirigentes, que son realmente unos "corleones", me cuenta mi hija que hasta su grupo de sicarios tienen para quienes se les opongan, o sea que lo de poner chupaderos ya se cumple, los viernes eso es un despapaye total.
Qué tristeza me da enterarme de eso. Yo había visto que en gradas, corredores y cualquier espacio para circular ponen auténticos supermercados, pero no me había puesto a pensar que pudiera haber una "mano peluda" cobrándole a los vendedores y haciendo clavos de oro con esto, ni mucho menos que tuvieran sicarios ¿no le han entrado a la venta de exámenes, por casualidad?
El ejemplo es la Cevichería "Los Chavos", que está a un costado de la entrada principal de la "U", le dieron la concesión a la AEU.
Por cierto, anoche haciendo "zapping" vi el final de un capítulo de los Simpsons, en donde a Lisa, la meten al bote por insistir en que en su escuela se enseñe la teoría evolutiva, ya que habían reglamentado que únicamente se podía mostrar la creacionista.
Interesante y sarcástica forma de verlo en el programa, a como vamos al rato el ku klux klan se dedica a quemar cruces enfrente de las escuelas públicas y replican el asunto a sus colonias, o sea nosotros.
Publicar un comentario