Impresiones de un centroamericano
navegando en las honduras de Honduras (5)
navegando en las honduras de Honduras (5)
parte 1: ¿Y Nosotros? en Medio...
parte 2: Aquí no Pasó Nada
parte 3: El Naufragio del Titanic en las Honduras
parte 4: El Aprendiz de Brujo y sus Fantasías

Pero en los últimos meses nos hemos saltado las trancas. El país está de cabeza, al revés.

- El presidente constitucional está cercado por cientos de soldados y es tratado como un delincuente, mientras el delincuente que usurpa el poder se enoja si le dicen golpista y le mienta la madre al que lo haga.
- El ejército asesina (digo, mata por accidente, en defensa propia) a manifestantes desarmados pero proclama orgullosamente que, si se da una invasión extranjera, no dispararán ni una bala, porque ellos son enemigos de la violencia.
- Un gobierno de facto que no es reconocido por ningún país del mundo tiene un ministro de relaciones exteriores, no precisamente ad honorem.
Las damas pías pegan en sus carros la imagen de la virgen y calcomanías que dicen "no matarás", pero se alegran cuando el ejército asesina (digo, mata por accidente, en defensa propia) a algún maestro y se lamentan amargamente porque los militares sacaron del país al presidente en lugar de "matarlo y dejarlo tirado en una zanja".
- Un dinosaurio político persigue a los maestros cuando no dan clase por salir a protestar, alegando que violan los derechos de los niños, pero suspende el año escolar un mes antes de la fecha en la que debía terminar, como si los niños no tuvieran derechos.
- Mi amigo el golpista, que afirma que el presidente Zelaya violó la constitución, no ha leído la constitución.
- El presidente golpista ordena cerrar estaciones de radio y TV, suspende las libertades de asociación, circulación, y expresión del pensamiento, pero se da el lujo de hablar mal de presidentes constitucionales que hacen lo mismo.
- Los golpistas invitan al mundo a venir para que vean lo que realmente está pasando en Honduras, pero cuando la OEA anuncia el envío de una misión cierran el aeropuerto para que no lleguen (y cuando llegan no los dejan entrar).
- El empresario que amenazó con despedir mucha gente cuando subió el salario mínimo ahora hace campaña política diciendo que va a acabar con el desempleo.
- El político que interrumpió el proceso de cambio que pudo haberse dado con la cuarta urna y todo eso, ahora dice ser "el candidato del cambio".
- Algunas estaciones de radio y TV se refieren a los violaron la constitución y matan gente (por supuesto, por accidente, y en defensa propia) en la calle como "héroes", y al presidente que no la violó como "traidor a la patria".
Así que me he puesto a pensar en la forma de salir de esta contradicción, y he llegado a imaginar dos posibles soluciones. El problema, a fin de cuentas, es que mis creencias y convicciones apuntan en una dirección y lo que pasa en el país apunta en dirección contraria, y eso se puede resolver de dos maneras:
- Me volteo yo, como ya hicieron algunos parientes y amigos, aceptando que es lícito violar las leyes, matar, mentir en nombre de Dios, falsificar documentos, obstruir la justicia, presumir de cristiano y pasarse los mandamientos por el forro, y otros "pecadillos" menores, o bien...
- Se voltea el país haciendo un nuevo pacto social que permita usar los recursos materiales y humanos en forma racional y eficiente, en beneficio de todos, y que garantice el respeto a los derechos humanos y a las libertades individuales.
Pero yo, la verdad, no pienso voltearme.