sábado, 3 de mayo de 2008
Bola al centro, otra vez
Gran cantidad de goles nos han metido los industriales y los comerciantes en los últimos años.
Para muestra un botón: antes uno salía con su botella de vidrio a comprar la Coca-cola dominical o la de todos los días, según la intensidad del vicio. A cambio del envase y unas cuantas monedas le daban una nueva ración del preciado líquido, oro negro para unos, aguas negras del impreialismo yanqui para otros. Y los de la embotelladora gastaban un poquito de sus increíbles ganancias en recoger los envases y lavarlos para ponerlos a circular nuevamente. Ahora te venden una botella desechable, con el cuento de que te dan más por menos dinero, y de que no hay que preocuparse por acarrear el envase de vuelta: se bota en cualquier parte cuando se termina el líquido.
¡ GOL ! ¡ Golazo ! Los que ahorran son ellos, que ya no tienen que manipular ni lavar envases. La botella de plástico no te la regalan, te la venden, su costo va incluido en el precio. Y luego, el problema de qué hacer con ella. Cuando el consumo es masivo la casa, el campo o la playa quedan inundados de envases indestructibles, y nadie sabe qué hacer con ellos. Antes se los regalábamos a los pobres, para que guardaran agua o cualquier otra cosa. Ahora ya no los quieren, tienen demasiados, ellos mismos no encuentran qué hacer para no sucumbir entre las montañas de desperdicios plásticos. Tendrían que encontrar otros pobres más pobres...
Antes uno guardaba en un rinconcito del patio los envases necesarios: una docena de cocas de un litro, una caja de cocas "normales", seis envases de agua mineral, y pare de contar. Las mismas botelles iban y venían durante años, y cuando se necesitaban más se le pedían al vecino o se dejaba depósito en la abarrotería. Ahora el mar de plástico, no sólo de refrescos embotellados sino de miles y miles de artículos "desechables", que incluyen jeringas, bolsas de suero, pañales, peines, envases de aceite, betún, vinagre, leche, agua, etc., amenaza con ahogarnos.
Y no es cuento. Han descubierto una "mancha de plástico" flotando en el pacífico, más o menos en la región que va de Estados Unidos a Japón, pasando por Hawai. Tiene como dos veces el área de Estados Unidos y unos 30 m de profundidad, y sigue creciendo. Una monstruosidad de residuos más o menos degradados, a su lado los famosos derrames de petróleo como el de Exxon Valdés son manchitas insignificantes. Y seguimos echando basura al mar, con la esperanza de que Poseidón y sus sirenas de alguna manera hagan la limpieza y eliminen todas las cochinadas que día a día salen de nuestras casas y van a parar a la panza de los delfines o al buche de las tortugas, incluyendo los envases de coca y la infinidad de bolsitas y envolturas que traemos del súper.
Y ahora ¿quién podrá socorrernos? Estamos topando de cabeza, como esas moscas que se dan una y otra vez contra el vidrio de la ventana, con un hecho elemental: "la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma". Lo hemos repetido durante años como loros, los niños en las escuelas aprenden a decirlo sin respirar, sin hacer pausas, algo así como "lamaterianosecreanisedestruyesolosetransforma", como una sola palabra, y los maestros complacidísimos porque ahora sí, sus pupilos ya entendieron la ley de conservación de la materia, y lo mismo para la energía. Y años después nos damos cuenta que lo que eso quería decir es que la basura no desaparece del universo por el hecho de tirarla en un basurero con tapadera, o tirarla al patio del vecino, o meterla en un camión para que se la lleve lejos, lejos... hasta llegar al mar, o quemarla. Hasta harry Potter con Dumbledore y todos sus secuaces, tiene que respetar la ley de conservación de la materia (y si no me creen, léanse el libro más reciente, el de las reliquias de la muerte, donde Harry y Hermione por poco se mueren de hambre porque las varitas mágicas no pueden producir comida, ni dinero --leyes de la magia.)
Y así como estamos, cada día más acelerados para producir basura indestructible, la única esperanza que nos va quedando es la evolución, que aparezcan nuevas formas de vida como la bacteria de chakrabarty para que se coman todas las porquerías que nosotros tiramos, con el riesgo de que la bacteria se vuelva gourmet y le de por comerse también las reservas petroleras directamente en el pozo, o que algunos humanos se vuelvan inmunes a todo lo que mataría a cualquiera de nosotros y den origen a una nueva especie de humanos que coman plástico y defequen oxígeno, o ya de perdida la intervención divina o la venganza de la madre naturaleza que desencadenen una catástrofe del tipo del diluvio universal para limpiar el lugar y empezar de nuevo con gente que tenga mejores hábitos.
Mientras tanto, tómese su coca, mejor si es con unas cuantas onzas de ron para desinfectar la coca y que, de paso, le ayude a olvidar esos problemas para los que no encontramos respuesta...
Para muestra un botón: antes uno salía con su botella de vidrio a comprar la Coca-cola dominical o la de todos los días, según la intensidad del vicio. A cambio del envase y unas cuantas monedas le daban una nueva ración del preciado líquido, oro negro para unos, aguas negras del impreialismo yanqui para otros. Y los de la embotelladora gastaban un poquito de sus increíbles ganancias en recoger los envases y lavarlos para ponerlos a circular nuevamente. Ahora te venden una botella desechable, con el cuento de que te dan más por menos dinero, y de que no hay que preocuparse por acarrear el envase de vuelta: se bota en cualquier parte cuando se termina el líquido.
¡ GOL ! ¡ Golazo ! Los que ahorran son ellos, que ya no tienen que manipular ni lavar envases. La botella de plástico no te la regalan, te la venden, su costo va incluido en el precio. Y luego, el problema de qué hacer con ella. Cuando el consumo es masivo la casa, el campo o la playa quedan inundados de envases indestructibles, y nadie sabe qué hacer con ellos. Antes se los regalábamos a los pobres, para que guardaran agua o cualquier otra cosa. Ahora ya no los quieren, tienen demasiados, ellos mismos no encuentran qué hacer para no sucumbir entre las montañas de desperdicios plásticos. Tendrían que encontrar otros pobres más pobres...
Antes uno guardaba en un rinconcito del patio los envases necesarios: una docena de cocas de un litro, una caja de cocas "normales", seis envases de agua mineral, y pare de contar. Las mismas botelles iban y venían durante años, y cuando se necesitaban más se le pedían al vecino o se dejaba depósito en la abarrotería. Ahora el mar de plástico, no sólo de refrescos embotellados sino de miles y miles de artículos "desechables", que incluyen jeringas, bolsas de suero, pañales, peines, envases de aceite, betún, vinagre, leche, agua, etc., amenaza con ahogarnos.
Y no es cuento. Han descubierto una "mancha de plástico" flotando en el pacífico, más o menos en la región que va de Estados Unidos a Japón, pasando por Hawai. Tiene como dos veces el área de Estados Unidos y unos 30 m de profundidad, y sigue creciendo. Una monstruosidad de residuos más o menos degradados, a su lado los famosos derrames de petróleo como el de Exxon Valdés son manchitas insignificantes. Y seguimos echando basura al mar, con la esperanza de que Poseidón y sus sirenas de alguna manera hagan la limpieza y eliminen todas las cochinadas que día a día salen de nuestras casas y van a parar a la panza de los delfines o al buche de las tortugas, incluyendo los envases de coca y la infinidad de bolsitas y envolturas que traemos del súper.
Y ahora ¿quién podrá socorrernos? Estamos topando de cabeza, como esas moscas que se dan una y otra vez contra el vidrio de la ventana, con un hecho elemental: "la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma". Lo hemos repetido durante años como loros, los niños en las escuelas aprenden a decirlo sin respirar, sin hacer pausas, algo así como "lamaterianosecreanisedestruyesolosetransforma", como una sola palabra, y los maestros complacidísimos porque ahora sí, sus pupilos ya entendieron la ley de conservación de la materia, y lo mismo para la energía. Y años después nos damos cuenta que lo que eso quería decir es que la basura no desaparece del universo por el hecho de tirarla en un basurero con tapadera, o tirarla al patio del vecino, o meterla en un camión para que se la lleve lejos, lejos... hasta llegar al mar, o quemarla. Hasta harry Potter con Dumbledore y todos sus secuaces, tiene que respetar la ley de conservación de la materia (y si no me creen, léanse el libro más reciente, el de las reliquias de la muerte, donde Harry y Hermione por poco se mueren de hambre porque las varitas mágicas no pueden producir comida, ni dinero --leyes de la magia.)
Y así como estamos, cada día más acelerados para producir basura indestructible, la única esperanza que nos va quedando es la evolución, que aparezcan nuevas formas de vida como la bacteria de chakrabarty para que se coman todas las porquerías que nosotros tiramos, con el riesgo de que la bacteria se vuelva gourmet y le de por comerse también las reservas petroleras directamente en el pozo, o que algunos humanos se vuelvan inmunes a todo lo que mataría a cualquiera de nosotros y den origen a una nueva especie de humanos que coman plástico y defequen oxígeno, o ya de perdida la intervención divina o la venganza de la madre naturaleza que desencadenen una catástrofe del tipo del diluvio universal para limpiar el lugar y empezar de nuevo con gente que tenga mejores hábitos.
Mientras tanto, tómese su coca, mejor si es con unas cuantas onzas de ron para desinfectar la coca y que, de paso, le ayude a olvidar esos problemas para los que no encontramos respuesta...
viernes, 2 de mayo de 2008
Puede ser borracho, pero no sea ingrato
Hoy es viernes, "sábado chiquito", dicen algunos. Antes teníamos la costumbre de beber todos los viernes. A eso de las 5 de la tarde empezábamos a buscarnos unos a otros en la universidad para ir a alguno de los rústicos bebederos en los que pasábamos varias horas bebiendo. Las mismas personas, el mismo lugar, la misma bebida, los mismos chistes, las mismas carcajadas. Una especie de ritual, de liturgia, como la misa. Al fin y al cabo, la misa es una re-actuación de la última cena, que también fue una reunión con la misma gente y el mismo lugar y todo eso.
Los borrachos desarrollan sus propios procedimientos, sus propios rituales y liturgias: golpear con el codo el culo de la botella de ron para que no se atasque la tapadera, levantar vasos y botellas a la altura de los ojos para brindar recitando trillados versos como "amargo licor, dulce tormento, ¿qué haces allí?, ¡vamos pa'dentro!". Y se sienten de lo más originales cuando hacen todo esto. Y cuando uno está de visitante en algún grupo de bebedores, tiene que poner cara de sorpresa ante tanta creatividad. Yo lo hago sin esfuerzo, de manera totalmente genuina. De veras me sorprendo ante las mismas cosas de todos los viernes, pero es algo imposible de entender cuando uno está sobrio.
Hay rituales más elaborados. Por ejemplo, derramar unas gotas de licor antes de empezar a beber "para darle a la Tierra lo que le corresponde." Dicen que cuando uno bebe y no muestra el debido respeto ante el planeta dándole algunas gotas de vino, ron, güisqui o guaro raspador, la Tierra sedienta empieza a tratar de alcanzar la bebida por su cuenta, y toda la naturaleza acude en su ayuda. El líquido escapa por donde puede para caer al suelo: se sale por las orillas del vaso cuando uno mueve el trago, cae de la boca de la botella cuando uno trata de servirse y el vaso se mueve pa'delante, pa'trás, pa'los lados, y a veces la atracción es tan intensa que vasos y botellas caen de la mesa o de la mano, y a veces caen vaso y bebedor juntos y la Tierra toma por las malas lo que no se le dió por las buenas.
Y algunos dicen que los sismos y temblores no son más que reclamos de una Tierra sedienta, que se vale de los movimientos telúricos para obtener bebida. Y cuando la ingratitud humana llega a ser intolerable, suceden los grandes terremotos. Mejor, por si las dudas, derramar un poquito de vino, no sea que todas las botellas se vengan abajo para calmar la sed de la Tierra cuando los borrachos son desconsiderados.
Los borrachos desarrollan sus propios procedimientos, sus propios rituales y liturgias: golpear con el codo el culo de la botella de ron para que no se atasque la tapadera, levantar vasos y botellas a la altura de los ojos para brindar recitando trillados versos como "amargo licor, dulce tormento, ¿qué haces allí?, ¡vamos pa'dentro!". Y se sienten de lo más originales cuando hacen todo esto. Y cuando uno está de visitante en algún grupo de bebedores, tiene que poner cara de sorpresa ante tanta creatividad. Yo lo hago sin esfuerzo, de manera totalmente genuina. De veras me sorprendo ante las mismas cosas de todos los viernes, pero es algo imposible de entender cuando uno está sobrio.
Hay rituales más elaborados. Por ejemplo, derramar unas gotas de licor antes de empezar a beber "para darle a la Tierra lo que le corresponde." Dicen que cuando uno bebe y no muestra el debido respeto ante el planeta dándole algunas gotas de vino, ron, güisqui o guaro raspador, la Tierra sedienta empieza a tratar de alcanzar la bebida por su cuenta, y toda la naturaleza acude en su ayuda. El líquido escapa por donde puede para caer al suelo: se sale por las orillas del vaso cuando uno mueve el trago, cae de la boca de la botella cuando uno trata de servirse y el vaso se mueve pa'delante, pa'trás, pa'los lados, y a veces la atracción es tan intensa que vasos y botellas caen de la mesa o de la mano, y a veces caen vaso y bebedor juntos y la Tierra toma por las malas lo que no se le dió por las buenas.
Y algunos dicen que los sismos y temblores no son más que reclamos de una Tierra sedienta, que se vale de los movimientos telúricos para obtener bebida. Y cuando la ingratitud humana llega a ser intolerable, suceden los grandes terremotos. Mejor, por si las dudas, derramar un poquito de vino, no sea que todas las botellas se vengan abajo para calmar la sed de la Tierra cuando los borrachos son desconsiderados.
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Nos va a matar el humo
Hoy amanecí tosiendo, por el humo de las famosas "quemas" que en esta época del año hacen estragos en la atmósfera de la ya contaminada Tegucigalpa. Supongo que el aeropuerto está cerrado, dicen los del servicio meteorológico que se necesita una visibilidad de por lo menos 3 km para que los aviones puedan maniobrar con seguridad. ¡Y qué vamos a tener 3 km! Ayer, desde la universidad, los contornos de los edificios grandes se veían como borrosos, fantasmagóricos, irreales.
Pero la maña de quemar bosques y pastos no es local. He estado viendo fotos de satélite como esta, donde se ven los incendios de los pastizales que han convertido a Buenos Aires en "malos aires". Nadie sabe quién tiene la culpa, pero aquí se acusa a los campesinos, que hacen quemas para limpiar el terreno para la siembra, a los fumadores, que tiran fósforos y colillas encendidas en cualquier lado, a los bolos, porque dejan botellas y latas que luego actúan como lupas concentrando de alguna manera los rayos de luz solar para provocar los incendios, a los boy scout, amantes de la naturaleza, excursionistas y similares, porque no apagan bien las fogatas, a los mareros, porque son malos. En fin, eso de acusar a todos es una forma de no acusar a nadie, y aunque todos los años se hace gran alharaca con la amenza de los horribles castigos a los que será sometido el que sea sorprendido prendiéndole fuego a bosques y campos, nunca castigan a nadie.
Y los bronquios y los pulmones no aguantan y protestan tosiendo para expulsar el humo, que parece ser la única cosa que se reparte de manera más o menos equitativa entre todos los habitantes de la ciudad. Y yo con la esperanza de que el palo de aguacate haga algo, que produzca bastante oxígeno, que se le haya olvidado que Waldina trató de matarlo pelándole la corteza y que se ponga a trabajar para que respiremos más oxígeno y menos humo.
Y los pulmones del planeta, igual que los míos. La Tierra entera tosiendo para ver cómo se libra de todas las porquerías que se han ido acumulando en el ambiente. Aunque la verdad es que para la Tierra no tiene ninguna importancia la especie humana con su arrogante creencia de ser "la especie privilegiada" y superior. Se puede extinguir nuestra especie, como se extinguieron muchas otras, y la Tierra seguirá su curso alojando nuevas especies que se adapten mejor a las condiciones en las que les dejamos el planeta. Lástima, porque a lo mejor usted esperaba una larga descendencia, y no sólo le preocupa la supervivencia de la especie Homo sapiens, sino también la preservación de su apellido.
La única gracia de esta humazón es que permite ver el Sol de frente, y al atardecer se ve grandote y colorado.
Triste consuelo, pero consuelo al fin, para nosotros los respiradores de humo. El otro día le tomé una foto al Sol, pero como las cámaras, sobre todo las baratas, no ven lo mismo que uno, no salió ni tan grande ni tan colorado como yo lo miraba. De todos modos, se las muestro.
Pero la maña de quemar bosques y pastos no es local. He estado viendo fotos de satélite como esta, donde se ven los incendios de los pastizales que han convertido a Buenos Aires en "malos aires". Nadie sabe quién tiene la culpa, pero aquí se acusa a los campesinos, que hacen quemas para limpiar el terreno para la siembra, a los fumadores, que tiran fósforos y colillas encendidas en cualquier lado, a los bolos, porque dejan botellas y latas que luego actúan como lupas concentrando de alguna manera los rayos de luz solar para provocar los incendios, a los boy scout, amantes de la naturaleza, excursionistas y similares, porque no apagan bien las fogatas, a los mareros, porque son malos. En fin, eso de acusar a todos es una forma de no acusar a nadie, y aunque todos los años se hace gran alharaca con la amenza de los horribles castigos a los que será sometido el que sea sorprendido prendiéndole fuego a bosques y campos, nunca castigan a nadie.
Y los bronquios y los pulmones no aguantan y protestan tosiendo para expulsar el humo, que parece ser la única cosa que se reparte de manera más o menos equitativa entre todos los habitantes de la ciudad. Y yo con la esperanza de que el palo de aguacate haga algo, que produzca bastante oxígeno, que se le haya olvidado que Waldina trató de matarlo pelándole la corteza y que se ponga a trabajar para que respiremos más oxígeno y menos humo.
Y los pulmones del planeta, igual que los míos. La Tierra entera tosiendo para ver cómo se libra de todas las porquerías que se han ido acumulando en el ambiente. Aunque la verdad es que para la Tierra no tiene ninguna importancia la especie humana con su arrogante creencia de ser "la especie privilegiada" y superior. Se puede extinguir nuestra especie, como se extinguieron muchas otras, y la Tierra seguirá su curso alojando nuevas especies que se adapten mejor a las condiciones en las que les dejamos el planeta. Lástima, porque a lo mejor usted esperaba una larga descendencia, y no sólo le preocupa la supervivencia de la especie Homo sapiens, sino también la preservación de su apellido.
La única gracia de esta humazón es que permite ver el Sol de frente, y al atardecer se ve grandote y colorado.
Triste consuelo, pero consuelo al fin, para nosotros los respiradores de humo. El otro día le tomé una foto al Sol, pero como las cámaras, sobre todo las baratas, no ven lo mismo que uno, no salió ni tan grande ni tan colorado como yo lo miraba. De todos modos, se las muestro.
Refranes, citas y dichos
"Mientras más lejano el cerdo, menos probable el chicharrón."
"Al que le llega la hora, se cae de la cama y se ahoga en la bacinica."
"Lo que no se puede, no se puede... y además es imposible."
"El que de esta vida no goza, y al cielo no va, lo joden aquí y lo joden allá."
Decálogo del buen Gordo:
"El trabajo es tan malo, que hasta pagan por hacerlo"
"Al que le llega la hora, se cae de la cama y se ahoga en la bacinica."
"Lo que no se puede, no se puede... y además es imposible."
"El que de esta vida no goza, y al cielo no va, lo joden aquí y lo joden allá."
El tío Víctor
Decálogo del buen Gordo:
Cualquier excusa es buena para comer de más o para abandonar la dieta.
Hacer ejercicio puede acelerar el calentamiento global.
Cuando tenga dudas o incertidumbres, coma.
La gordura fomenta la paz: un gordo más, un soldado menos.
Las enfermedades asociadas con el sobrepeso le dan a los obesos, no a los gorditos simpáticos como usted.
Los otros le acosan porque los flacos no soportan la felicidad de los gordos.
No deje para mañana lo que pueda comer hoy.
Un bocadillo de más no lo va a matar; cómalo sin remordimiento.
Un gordo come cuando tiene comida, no cuando tiene hambre.
Una hora de ejercicio justifica mil grandes comidas.
El tio Maíz
"El trabajo es tan malo, que hasta pagan por hacerlo"
A.C.
"La verdad se parece mucho a la falta de imaginación."
"La verdad se parece mucho a la falta de imaginación."
Enrique Jardiel Poncela
"Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia"
Arthur C. Clarke
"No hay hombre más feliz que el que tiene sueldo de abogado, comida de cura, y vacaciones de profesor."
"El agua es obra de Dios, y el licor, obra del hombre. Hay que respetar la obra de Dios y beber la del hombre."
Hoy, martes 13, encontré un blog lleno de "adagios, frases célebres, refranes, proverbios y dichos". Está aquí.
"Los físicos no nos hacemos viejos, nos hacemos sabios"
"El agua es obra de Dios, y el licor, obra del hombre. Hay que respetar la obra de Dios y beber la del hombre."
Hoy, martes 13, encontré un blog lleno de "adagios, frases célebres, refranes, proverbios y dichos". Está aquí.
"Los físicos no nos hacemos viejos, nos hacemos sabios"
Leo Kadanoff
"Un hablador cae mucho más rápido que un cojo"
"Los perros tienen amigos porque mueven la cola en lugar de mover la lengua."
"Dios nos dió DOS orejas y UNA boca para enseñarnos que es más importante oír que hablar."
Estudiantes de los distintos reinos de la naturaleza:
Tres reglas para triunfar en la vida:
NOTA: la palabra "pendejos" puede ser sustituida por otras, como pesimistas, egoístas, políticos, economistas, científicos, payasos, o la que mejor se ajuste a una situación dada.)
Frases atribuidas a Albert Einstein (cortesía de José L. Reyes):
"Los perros tienen amigos porque mueven la cola en lugar de mover la lengua."
"Dios nos dió DOS orejas y UNA boca para enseñarnos que es más importante oír que hablar."
Estudiantes de los distintos reinos de la naturaleza:
La regla de oro: "Quien tiene el oro, pone la regla"
- Mineral: "Ése estudiante es un diamante, no por brillante, sino por duro."
- Vegetal: Estudiantes que reciben la luz del saber, y no hacen más que fotosíntesis
- Animal: Sin comentarios...
Tres reglas para triunfar en la vida:
- No tener miedo al futuro.
- No vivir de las glorias del pasado.
- No hacerle caso a los pendejos.
NOTA: la palabra "pendejos" puede ser sustituida por otras, como pesimistas, egoístas, políticos, economistas, científicos, payasos, o la que mejor se ajuste a una situación dada.)
Frases atribuidas a Albert Einstein (cortesía de José L. Reyes):
- "Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber".
- "Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas".
- "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
- "Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos".
- "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad".
- "La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa".
- "En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento".
- "Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos".
- "Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz".
martes, 29 de abril de 2008
Aquí, hablando solo...
29 de abril de 2008
Este es mi segundo blog. El otro es el "serio", el de los blogs más pensados, escritos, revisados y re-escritos (lo cual, desde luego, no garantiza su calidad). Aquí es diferente: la idea es escribir todo lo que se me pase por la cabeza cuando estoy frente al teclado. Un "hablasolo" vagando por los rincones de su propio cerebro, como el andasolo de los cuentos de Virgilio Rodríguez Macal.
Hoy, por ejemplo, ya no tengo más que escribir. Nos vemos otro día.
Este es mi segundo blog. El otro es el "serio", el de los blogs más pensados, escritos, revisados y re-escritos (lo cual, desde luego, no garantiza su calidad). Aquí es diferente: la idea es escribir todo lo que se me pase por la cabeza cuando estoy frente al teclado. Un "hablasolo" vagando por los rincones de su propio cerebro, como el andasolo de los cuentos de Virgilio Rodríguez Macal.
Hoy, por ejemplo, ya no tengo más que escribir. Nos vemos otro día.
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