jueves, 29 de mayo de 2008

Un Poema de Roque Dalton

Yo no leo muchos poemas. Waldina es la poeta de la casa. Sí, la poeta; ahora ya no se les puede llamar "poetisas" como antes, porque dicen que usar este término, que es como una declinación de "poeta" implica reconocer la superioridad de los varones. Ahora hay que ser cuidadosísimo con lo que se dice y lo que se escribe, no lo vayan a acusar a uno de machista por no poner cosas como "las compañeras y los compañeros". Hasta he estado tentado de decirle a mis estudiantes que nosotros estudiamos las leyes y los leyos de la naturaleza y el naturalezo, no vaya a ser que esta vez me acusen de hembrista.

Por cierto, para los que insisten en escribir "el hombre y la mujer", les cuento la palabra "hombre" no tiene género, por lo menos según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.



Pero lo que yo les quería contar es que, aunque yo no soy poetiso, tengo mi corazoncito y mi sensibilidad, a veces ocultos muy en lo profundo porque, al fin y al cabo, los machos no lloran y si uno se pone muy encaramelado con la poesía alguien puede pensar mal, y de vez en cuando me emociono hasta las lágrimas y no sería raro que con el tiempo me convietiera en un viejo llorón, aunque a estas alturas parece más probable que me convierta en un viejo gruñón.

Ya me salí del tema otra vez. Ahora sí: hay un poema de Roque Dalton que me gusta mucho. Nunca he sabido cuál es el título, aunque sospecho que podría ser "Cuando Sepas que he Muerto". Alguien le puso música, y me parece que la cantaba Eugenia León. Aquí les va el poema, y si algún día encuentro la versión cantada en alguno de los cassettes de aquellos tiempos, les cuento.


Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrían la muerte y el reposo.

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos
sería el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto dí sílabas extrañas
pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.

No dejes que tus labios hallen mis once letras
tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.

No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.